El Registro de la Propiedad es una institución administrativa que depende del Ministerio de Justicia que se ocupa de inscribir y dar publicidad oficial a la propiedad sobre bienes inmuebles, incluyendo los derechos y cargas que recaigan sobre ellos. Su objetivo es aumentar la seguridad y garantías en el ámbito del mercado inmobiliario.
Aunque la inscripción de un inmueble en el Registro de la Propiedad no es obligatoria, sí es recomendable puesto que, de esta forma, se reconoce su titularidad de forma oficial y queda amparada por los tribunales de Justicia.
El beneficio que se obtiene de la inscripción en el Registro es la seguridad de disponer del derecho sobre la propiedad, pudiendo venderla o hipotecarla, sabiendo que nadie podrá privar o disponer de dicho derecho de forma fraudulenta. Además, cualquier persona interesada en comprar una vivienda tiene a su alcance toda la información necesaria sobre el inmueble para poder tomar una decisión equitativa.
El mayor riesgo que se corre si no se inscribe el bien en el Registro de la Propiedad es que la persona puede verse perjudicada por los actos del titular registral o por las cargas y gravámenes que puedan imponerse sobre el inmueble, puesto que se le consideraría propietario a todos los efectos.
Para registrar una propiedad hay que acudir a la oficina de Registro de la Propiedad de cada zona, puesto que el territorio nacional está dividido por circunscripciones. El registrador, cuya firma tiene presunción de veracidad, reunirá toda la documentación requerida que identifica a la persona como propietaria del inmueble.