El avalista es la persona que ponemos como garantía en la firma de nuestra hipoteca, por lo tanto, en caso de que no podamos afrontar el pago esta figura responde con todos sus ingresos y patrimonio tanto presente como futuro. Esto garantiza al banco que la hipoteca va a ser pagada de una forma u otra.
Descubre tus opciones
Normalmente suele exigirse cuando el banco ve que va a correr un riesgo bastante alto concediéndole la hipoteca a una persona. Puede ser que el titular no tenga un contrato estable, que tenga un salario bajo para el banco, etc.
También puede solicitarnos un aval si queremos una hipoteca con condiciones muy asequibles, como las que tendríamos con una hipoteca 100%. Con este préstamo el banco nos da la financiación total de la vivienda y solo tenemos que pagar los gastos de formalización y compraventa. La entidad quiere garantía de que se le devolverá todo el dinero y, por ello, pide un aval.
Para lograr que el banco nos de una hipoteca sin la necesidad de proporcionar un avalista tendremos que convencerle de que tenemos un perfil solvente, es decir, que no tendremos problemas para pagar la deuda.
Un banco considerará que nuestro perfil es solvente y que, por lo tanto, no necesitamos un aval si cumplimos algunos de estos requisitos:
- Trabajo estable: preferentemente contrato indefinido y años de antigüedad.
- Ingresos: la cuota de la hipoteca no debe superar el 35% de nuestro sueldo mensual.
- Historial crediticio limpio: no tener deudas o ir pagándolas en los tiempos correspondientes.
- Ahorros: tener un 30% del valor del inmueble. Un 20% lo usaríamos para acabar de pagar la vivienda (los bancos normalmente conceden un 80% de la financiación), mientras que el 10% restante serviría para cubrir los gastos de compraventa y formalización de la hipoteca.
Para que el banco no nos pida aval debe estar seguro de que pagaremos el préstamo, y podemos justificarlo de una manera u otra en función de nuestro perfil.
Una hipoteca 100% implica que el banco nos proporciona la financiación total de la vivienda, lo que significa que solo tendríamos que pagar los gastos de compraventa y formalización. Como el banco nos dejaría más dinero que el que presta habitualmente necesitará más garantías de que le será devuelto.
Si tenemos un trabajo indefinido, el historial crediticio limpio y unos ingresos aceptables para el banco (en cada entidad piden unos ingresos mínimos) no necesitaremos un aval para pedir una hipoteca 100%.
No tener un contrato indefinido no significa que no podamos conseguir una hipoteca sin aval, porque podemos tener ingresos estables, aunque tengamos contratos temporales. Para demostrarlo podemos aportar nuestra vida laboral, donde aparezca que, pese a estar en contratos temporales, no hemos dejado de trabajar en mucho tiempo.
Un autónomo no puede tener un contrato indefinido, pero sí demostrar que su negocio es solvente a través de los ingresos que obtiene. La antigüedad de su negocio también será clave para que el banco no exija un aval para su hipoteca.
No existe un banco concreto que ofrezca una hipoteca sin avales. La clave es comparar entre entidades para poder optar por la que no nos exija un aval con nuestras condiciones financieras. Desde iAhorro ayudamos a hacer esa comparación y a encontrar la mejor hipoteca adecuada a cada persona.