Continente y contenido son dos elementos del seguro de hogar. Se trata de dos conceptos diferenciados que conviene conocer a la hora de negociar las cláusulas de la póliza.
Mientras que el continente hace referencia a todos los elementos estructurales de un inmueble, el contenido está integrado por todos los objetos que se encuentran dentro del mismo.
Dicho de otro modo, una vivienda, una oficina, una nave industrial o local comercial está compuesto por el inmueble en sí mismo y sus instalaciones, mientras que todo lo que se encuentra en su interior.
A la hora de contratar un seguro de daños, incendio, robo o multiriesgo, conviene calcular la cuantía económica máxima a abonar en caso de siniestro que se le asigna a cada uno de ellos (el capital asegurado). De esta variable también depende el importe de la prima.
Por ejemplo, al solicitar una hipoteca, el banco puede ofrecernos un seguro sobre el bien hipotecado. Sin embargo, debes observar si en las condiciones de la póliza se incluye una parte para el contenido, puesto que tienes la posibilidad de reducir el costo del seguro si no tienes interés en asegurarlo (o reducir su capital asegurado).
A fin de cuentas, al banco solo le interesa el buen estado del inmueble que actúa como garantía del préstamo.
Por otra parte, en un seguro que solo cubra el robo no vale la pena asegurar el continente, dado que no pueden sustraer la construcción.
En definitiva, conocer la diferencia entre continente y contenido puede ayudarte a negociar unas condiciones más adaptadas a tus necesidades a la hora contratar un seguro.