La liquidez es la capacidad que tiene una entidad para obtener dinero en efectivo y así hacer frente a sus obligaciones a corto plazo. En otras palabras, es la capacidad de una inversión para ser transformada en dinero en efectivo sin que se produzca una pérdida significativa de su valor. Cuanto más fácil sea convertir un activo en dinero en efectivo, se dice que es más líquido.
No hay que confundir la liquidez financiera con la solvencia de una empresa, que es la capacidad de un negocio para generar fondos con los que hacer frente a sus obligaciones de pago en las condiciones y plazos pactados con terceros.
Para medir la liquidez de una empresa se utiliza el ratio de liquidez, con el que se calcula la capacidad que tiene ésta para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo. De esta manera, se puede averiguar la solvencia en efectivo de una empresa y su capacidad para seguir siendo solvente ante cualquier imprevisto.
El riesgo de liquidez, es la probabilidad que tiene una compañía de no poder cumplir con sus compromisos de pagos y obligaciones contraídas a corto plazo. En el caso de las entidades bancarias, por ejemplo, tratan de manejar diariamente la cantidad de efectivo con que cuentan para dar cumplimiento a sus compromisos de pago.
Este índice es muy importe en las finanzas personales y en las publicas ya que si no se tiene suficiente efectivo pueden surgir varios inconvenientes que dificulten el cumplir con los compromisos adquiridos además de generar intereses de mora, confiscaciones y en el peor de los casos el cierre de la empresa.