Infraponderar se define como disminuir el valor de un activo en una cartera de inversión. Es el término contrario a sobreponderar.
En la teoría de gestión de carteras, las acciones, bonos u otros activos que componen un portfolio tienen un peso determinado. El gestor es consciente de que tener un menor peso de un activo en concreto sería sinónimo de tener una menor exposición a su comportamiento y al riesgo que representa. Por este motivo, puede decidir bajar su ponderación dentro de la cartera global.
Sin embargo, un gestor de cartera no solo puede infraponderar acciones o cualquier otro activo, sino también puede infraponderar en bolsa para reducir la exposición a un determinado sector económico o una zona geográfica concreta. La cuestión es bajar su valor específico sobre el conjunto, con el fin de disminuir su impacto en el resultado global de la cartera de inversión.
La ponderación adecuada de cada uno de los activos, sectores o regiones depende de diversos criterios. Así pues, puede deberse a que el comportamiento de estos elementos no se ajusta a los objetivos, no se tienen las perspectivas adecuadas con respecto a ellos o sencillamente la coyuntura macroeconómica así lo aconseja.
Por ejemplo, puede darse el caso de que un activo no encaja en la estrategia de inversión por tener una valoración demasiado baja con respecto a su precio de cotización (lo cual significa que el activo cotiza caro con respecto a su valor intrínseco).
Además de ello, también se utiliza el término “infraponderar” como una recomendación a los inversores. El consejo tiene las mismas connotaciones: rebajar el peso de los activos en su portfolio o, por lo menos, que no realicen compras tan agresivas.