El corretaje (brokerage), en términos generales, es el trabajo que desarrolla un corredor o intermediario (bróker) para establecer un acuerdo o cerrar una transacción económica, comercial o financiera.
Un bróker es un agente especializado en un mercado concreto, cuenta con los medios necesarios y actúa de parte de su cliente para ayudarlo a conseguir un acuerdo. Esta figura obtiene sus honorarios mediante una comisión acordada.
El corretaje es conocido en el mundo de la inversión, puesto que, para acceder a los mercados financieros, es necesaria la intervención de un agente especializado. No obstante, existen brókers en otro tipo de mercados. Por ejemplo, es común el corretaje inmobiliario e incluso la contratación de un bróker para conseguir una hipoteca en las mejores condiciones.
El mercado inmobiliario tiene la suficiente complejidad como para que sea necesario un agente especializado en los aspectos legales y técnicos de una compraventa o arrendamiento. En muchas ocasiones se requiere una negociación para estipular todos los términos del contrato (precio, arras, derechos y obligaciones, reparto de los costes de la transacción, etc.).
En otras ocasiones, es necesaria una figura que cuente con medios para encontrar una contraparte (un comprador o vendedor). Incluso el bróker puede ayudar con los trámites burocráticos y los aspectos fiscales.
En definitiva, son varios los supuestos en los que conviene establecer un contrato de corretaje inmobiliario con un agente especializado. Sin embargo, es necesario establecer los tiempos de cumplimiento y las comisiones a cobrar, las cuales pueden ser fijas o variables (por ejemplo, porcentaje sobre el precio de la transacción).