El préstamo es una operación financiera contractual en la que una de las partes (el prestamista) entrega una cantidad de dinero a la otra (el prestatario) con la condición de devolverlo en un plazo de tiempo determinado, junto con las comisiones e intereses acordados. Normalmente la devolución se realiza a través de cuotas periódicas compuestas de capital e intereses.
A diferencia del crédito, en el préstamo se entrega la totalidad de la cantidad prestada al comienzo de la operación. Además, los intereses y comisiones incluidas son sobre el importe total y la amortización del préstamo se realiza en el plazo establecido, no permite renovaciones. Los préstamos suelen estar enfocados para financiar la adquisición de un bien o servicio concreto: unos estudios, un coche, un electrodoméstico, una reforma en casa, etc.
El prestamista suele asegurarse de que el prestatario devolverá el importe recibido pidiéndole una garantía o aval, en función de esta garantía los préstamos pueden ser:
- Con garantía personal: aquellos que tienen en cuenta la solvencia personal del prestatario o del avalista.
- Con garantía pignoraticia: aquellos que requieren un bien mueble dado en prenda como aval. Es decir, el prestamista solicita al prestatario un bien que le será devuelto al momento de amortización del préstamo. Mientras se abonen correctamente las cuotas, el prestamista no puede hacer uso del bien y sólo en el caso de que se interrumpan los pagos, puede ejecutar la garantía (vendiéndola o subastándola).