Una hipoteca y un préstamo personal son dos productos financieros diferentes y, por ello, puede darse la contratación de ambos al mismo tiempo.
Los dos tipos de financiación está disponible para aquellos usuarios que se lo permita su situación financiera, pero es necesario tener presentes algunas cuestiones que te comentamos a continuación.
Como norma general, las entidades bancarias financian, como máximo, el 80% del valor del inmueble que se pretende comprar. Esta es la cantidad máxima que puedes solicitar de hipoteca, si tienes la solvencia adecuada y cumples con los requisitos oportunos para acceder al préstamo.
Al 20% restante debes sumarle los gastos propios de la compraventa de un inmueble, los cuales pueden rondar el 10% del precio de la vivienda. Por consiguiente, para comprar una casa necesitarás contar con unos ahorros aproximados del 30% sobre el precio de compra.
Sin embargo, si no tienes ese 30% y quieres pedir un préstamo personal para afrontarlo, debes saber que el banco no te dará ese préstamo; aunque tienes la opción de contratarlo con otra entidad que no exija justificación acerca del destino de los fondos.
Normalmente, suele recurrirse a un préstamo personal a la vez de una hipoteca para amueblar la vivienda y llevar a cabo alguna reforma (pintar o dejar algún elemento de la casa a gusto de su nuevo propietario).
El principal problema que puedes encontrarte si quieres solicitar un préstamo y una hipoteca al mismo tiempo es que consumirá gran parte de tu solvencia y tu capacidad de crédito.
Las entidades bancarias comprueban en la CIRBE (Central de Información de Riesgos del Banco de España) qué operaciones tienen abiertas y, normalmente, no suelen prestar más dinero cuando tus cargas financieras representan, aproximadamente, el 30 o 35% de tus ingresos mensuales, con el fin de mantener bajo control el riesgo de impago.