Cuando vamos a comprar una vivienda es importante tener en cuenta su ubicación, el estado de esta, el aislante…e, incluso, si tiene todos los papeles en regla. Uno de los documentos con los que debe contar la vivienda de nuestros sueños, la casa donde queremos empezar a construir nuestro proyecto de vida, es la cédula de habitabilidad.
¿Para qué sirve? La cédula de habitabilidad certifica que una vivienda puede ser considerada como tal, es decir, que es habitable. Para que el inmueble pueda tenerla debe cumplir unos requisitos, que varían en función de la Comunidad Autónoma. En términos generales son los siguientes:
Superficie útil mínima. Altura mínima: dependiendo del espacio (cocina, baño, etc.) será una u otra.Debe estar equipada con lo imprescindible: cocina, baño, puertas, ventanas, instalación de la caldera para el agua caliente, etc.Debe contar con todas las garantías de seguridad.
Un arquitecto o aparejador que está colegiado es el que certifica que una vivienda cumple con dichas características y que, por lo tanto, es habitable. Dicho documento suele costar menos de 200 euros y tiene una vigencia de 15 años. Si una vez pasado el plazo quisiéramos vender o alquilar la propiedad necesitaríamos solicitarlo de nuevo.
No es obligatorio que la vivienda lo posea, pero sí recomendable. Si un inmueble no cuenta con dicho certificado no será considerado como tal, por lo tanto, no podremos empadronarnos en él, dar de alta suministros básicos (luz, gas y agua), contratar un seguro de hogar, etc.
¿Podríamos pedir una hipoteca? Se trata de un préstamo que se concede exclusivamente a las viviendas, por lo tanto, si la nuestra no es considerada como tal, no nos la podrían conceder. Tendríamos que pedir una hipoteca para local comercial o similar, préstamos que ofrecen menos financiación y periodos de amortización más cortos.
Otro elemento que debemos tener en cuenta es que si una casa no cuenta con la cédula de habitabilidad puede ser señal de que no cumple con los estándares de seguridad. Esto significa que establecer allí nuestra residencia podría ser peligroso.
En definitiva, cuando vamos a comprar una vivienda es fundamental que nuestro futuro hogar cuente con todos los papeles, incluida la cédula de habitabilidad. En caso de que la propiedad no la tenga o se le haya caducado es recomendable tramitarla para asegurarnos de que vamos a adquirir un inmueble en condiciones.
En función del motivo de la solicitud existen tres tipos de cédula:
-Cédula de habitabilidad de primera ocupación:es la que le otorga el ayuntamiento al promotor. Está destinado a viviendas recién construidas.
-Cédula de habitabilidad de primera ocupación por rehabilitación: si la reforma del inmueble ha sido considerable será necesario volver a realizar la inspección para asegurar que la vivienda puede seguir considerándose como tal
-Cédula de habitabilidad de segunda ocupación: para viviendas de segunda mano.