Según una encuesta publicada por Times, el 70% de las parejas discute más por razones de dinero que por la división de tareas del hogar. De acuerdo con el Informe Europeo de Pagos de Intrum, en España, el 20% de las parejas se separa por problemas financieros.
Estos números son similares si nos trasladamos a la realidad latinoamericana. Tal como afirma la especialista en economía doméstica, María Laura Espino de SINCABLE.MX, en México, las parejas discuten por las finanzas del hogar un promedio de tres veces a la semana. Asimismo, ‘’7 de cada 10 consideran que la falta dinero es un motivo más crucial de separación que la falta de afinidad, los problemas en la crianza de los hijos o la infidelidad’’.
Pero,¿por qué es tan difícil manejar la economía en una relación? Por lo general, las personas ni siquiera saben manejar correctamente su economía personal. Cuando llega el momento de compartir esta responsabilidad con la pareja, se convierte en todo un martirio que afecta cada aspecto de la relación.
A continuación repasamos cuatro errores que probablemente estén afectando tu vida sentimental:
- No conocer su historial financiero
Las personas de mediana edad cuentan con un considerable historial financiero, es importante que esta información sea compartida en pareja. Hay una serie de interrogantes que nos ayudan a conocer cómo nuestro compañero sentimental ha manejado sus finanzas personales
● ¿Cuáles son tus expectativas financieras?
● ¿Disfrutas de gestionar las facturas del hogar?
● ¿Tienes algún monto invertido?
● ¿Te gustaría invertir?
● ¿Cuentas con algún tipo de seguro?
- Practicar infidelidad financiera.
La infidelidad financiera describe la práctica de ocultar cuentas de ahorro o corriente, tarjetas de crédito, deudas y gastos a la pareja. Estos secretos financieros son un caldo de cultivo de peleas que terminará con la relación.
Algunas personas ocultan deudas para ‘no generar preocupación’, esto termina siendo un arma de doble filo. Si tu novio o esposo no conoce tu situación económica real, no podrá apoyarte a superar esta situación. Por el contrario, no entenderá tu preocupación, tus cambios de ánimo ni tus ganas de estar en casa para no gastar más dinero.
- La carga económica recae sobre uno
Cuando la carga económica recae sobre una sola persona, se crean problemas y malentendidos. La percepción de aportar más dinero a la relación, puede crear la perspectiva de que la otra persona no se esfuerza. Para evitar esta situación, se debe dividir las facturas de forma equitativa. Hablamos de un reparto equitativo no igualitario, por lo que debe estar sujeto a los ingresos de cada uno.
- No tener una cuenta compartida
Tener una cuenta compartida puede ser una gran idea si tus objetivos están alineados a los de tu pareja. En esta cuenta pueden destinar un porcentaje de dinero mensual para gastos comunes, unas vacaciones o como estrategia de ahorro. También, es útil en caso de emergencia.
Este tipo de cuenta bancaria permite que ambos conozcan los ingresos y egresos, por lo tanto, se llevará un mayor control de las finanzas en la relación.