Quizá hayas oído hablar del seguro de protección de pagos de hipoteca. Pero, ¿crees que es obligatorio? ¿Sabes qué cubre exactamente este seguro? ¿Conoces los factores que influyen en su precio? ¿Consideras que puede serte de utilidad?
Si continúas leyendo, descubrirás las respuestas a estas preguntas y otras cuestiones relativas al funcionamiento de un seguro de protección de pagos hipotecarios.
¿Qué es un seguro de protección de pagos de hipoteca?
Un seguro de protección de pagos de hipoteca, como su propio nombre indica, es una póliza (por póliza entendemos un contrato de seguro) que cubre el pago de las cuotas de una hipoteca en caso de que se produzca una situación en la que el prestatario no pueda hacerles frente.
En la propia póliza se contempla el período máximo por el cual el seguro se hará cargo de dichos pagos. Suele determinarse por un período de meses consecutivos, generalmente unos 12 ó 24 meses.
¿Es obligatorio?
La Ley de Contratos de Crédito Inmobiliario (Ley 5/2019) no permite que los bancos condicionen la concesión de un préstamo hipotecario a la contratación de otros productos.
De este modo, podríamos afirmar, en términos generales, que no es obligatorio contratar ni este ni otro tipo de seguros para abrir una hipoteca.
Sin embargo, el artículo 17 de la mencionada Ley indica que pueden existir una serie de excepciones.
En otras palabras, el propio artículo 17 de la Ley 5/2019 contempla la posibilidad de que las entidades puedan exigir un seguro de protección de pagos de hipoteca en caso de que sea impuesto en la normativa que regula el mercado hipotecario.
Según la Ley del Mercado Hipotecario, el único seguro obligatorio es el de daños sobre inmueble hipotecado (por su valor de tasación).
Ahora bien, el hecho de que un seguro asociado a la hipoteca no sea obligatorio no quiere decir que no sea recomendable. Es más, en muchos casos, al contratar un seguro puede proporcionarte algún tipo de bonificación en las condiciones de la hipoteca.
La clave en estos casos es conocer qué tipo de seguro puede resultarte útil, qué coberturas ofrece y pactar unas buenas condiciones en la póliza.
En todo caso, según la Ley Hipotecaria, no tienes obligación de contratar el seguro con la entidad que te concede la hipoteca. Puedes adquirir este producto con cualquier otra compañía.
Funcionamiento de los seguros de protección de pagos hipotecarios
Un seguro de protección de pagos de hipoteca funciona de forma similar a cualquier otro. Se trata de una póliza en la cual se determinan todos los límites y condiciones y se establecen las obligaciones para las partes. Es importante que conozcas y comprendas bien todas las limitaciones, exclusiones y demás elementos objetivos que figuran en la póliza.
Cabe la pena reseñar que el asegurado debe ser el titular de la hipoteca. Si existe más de un titular serán asegurados al 50%.
La obligación para el tomador del seguro (que normalmente también es el asegurado) es satisfacer las primas a la entidad aseguradora. Existen varias formas de pago: prima única, anual, mensual, etc.
Incluso cuando se trata de un seguro asociado a la hipoteca, puedes optar por la modalidad de prima única financiada. Es decir, se paga a prima única, pero este pago se incluye en el importe prestado y, por lo tanto, se refleja en las cuotas de tu hipoteca.
Por otra parte, en el momento que se produce el siniestro, se activa la póliza y la aseguradora abonará las cuotas de la hipoteca, bien sea en su totalidad o de forma parcial, según lo contratado en la póliza.
¿Cuáles son sus coberturas?
Lo cierto es que este seguro cubre únicamente dos eventualidades:
-Desempleo.
-Incapacidad temporal.
Como puedes suponer, estas dos situaciones provocan una disminución de los ingresos, con lo cual, el deudor hipotecario puede verse inmerso en una situación de impago de las cuotas de la hipoteca. El seguro de protección de pagos hipotecarios mitiga este riesgo.
De esta forma, puede serte de utilidad si crees que alguna de estas dos situaciones te puede acarrear problemas. Bien sea porque no cuentas con medios para hacer frente a una disminución de ingresos, puede ser difícil conseguir un nuevo empleo o cualquier otra circunstancia personal o familiar.
Quizá ahora te preguntes qué sucede si pierdes el empleo y, para colmo, sufres una incapacidad temporal al mismo tiempo, ¿se aplicaría dos veces el seguro de protección de pagos de hipoteca?
En realidad, la situación de desempleo y de incapacidad temporal son incompatibles entre sí. No pueden darse de manera simultánea. De cualquier modo, las coberturas son alternativas. Es decir, solo puedes hacer uso efectivo de una de ellas.
Para poder solicitar la indemnización del seguro es preciso demostrar que se ha producido el siniestro. Por consiguiente, debe determinarse de forma oficial la situación de incapacidad o desempleo.
¿Cuánto cuesta?
Lo cierto es que la prima puede variar significativamente según sea el caso. Para determinar cuánto cuesta un seguro de protección de pagos hipotecarios hay que atender a sus condiciones:
-Cuantía mensual de la cuota hipotecaria: si es demasiado alta, el seguro será más costoso. Además, existen límites y es posible que no se cubra la totalidad.
-El tipo de hipoteca: las hipotecas a interés variable suelen tener mayor riesgo, pero a largo plazo y en condiciones normales es posible que el interés a pagar sea más reducido.
-El tipo de interés: ídem, cuanto más alto, más costosa será la póliza.
-El plazo del préstamo: el tiempo que resta para terminar de pagar el préstamo determinará el capital e intereses máximos a pagar por la aseguradora.
-La edad del asegurado: debe estar comprendida entre los 18 y los 60 años.
-La situación y estabilidad laboral del asegurado: influye en el riesgo de entrar en situación de desempleo.
-El estado de salud del asegurado: cuanto mejor se encuentre existirá menos riesgo de que se produzca un siniestro por incapacidad temporal.
De esta manera, no podríamos indicar con precisión la prima de un seguro de estas características, existen muchas variables para determinarla. Todo ello sin contar con la posibilidad de negociar una franquicia, los límites de la cuantía, el límite de cuotas consecutivas o alternas, carencia, etc.
Lo fundamental en este aspecto es adaptar el seguro de protección de pagos de hipoteca a las condiciones del préstamo hipotecario y tu situación personal.