Si vas a contratar una hipoteca, verás que el banco te concede el dinero para pagar tu vivienda con un tipo de interés asociado a la devolución del préstamo. De este modo, la cuota que vas a pagar cada mes está formada por la suma de los intereses devengados por el capital pendiente desde el último pago, además de por la amortización del capital pendiente.
Y, en función de si el tipo de interés es fijo o variable, la cuota puede ser constante durante más o menos tiempo.
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¿Qué es la cuota constante de hipoteca?
Como bien dice su nombre, la cuota constante de hipoteca es aquella cuota o aquel pago mensual del préstamo que te ha dado el banco para pagar tu vivienda que no varía durante todos los años que lo tengas contratado.
Si empiezas pagando 600 euros de hipoteca y el plazo de amortización es de 20 años, hasta ese momento pagarás siempre 600 euros al mes de cuota. Eso sí, para que esto sea posible, el tipo de interés de la hipoteca no puede variar durante los 20 años que la tengas contratada, por lo que debe ser una hipoteca a tipo fijo.
En caso de ser una hipoteca a tipo de interés variable, la constancia de las cuotas depende del índice al que estén referenciadas, que normalmente suele ser el euríbor, y de cuándo les toque la revisión de la hipoteca. Si la revisión se realiza de forma anual, durante todo el año la cuota será constante, pero cambiará al año siguiente. Es decir, si tienes que revisar la cuota de tu hipoteca en enero, hasta enero del año siguiente la cuota será la misma aunque el euríbor siga fluctuando.
En el caso de las hipoteca mixtas, en todo el tramo fijo la cuota será constante y en el tramo variable sucederá lo mismo que en las hipotecas variables, cambiará en función de cuándo le toque la revisión.
¿De dónde viene la cuota constante?
Para el cálculo de la cuota muchos son los sistemas matemáticos o financieros que nos podemos encontrar dentro del mundo hipotecario y de las matemáticas financieras. Ahora bien, por norma general y salvo excepciones, en el cálculo que utilizan habitualmente las entidades financieras de las cuotas de las hipotecas se usa el denominado sistema de amortización francés.
El sistema francés es aquel sistema de cálculo de cuotas de un préstamo cuya cuota se mantiene constante en el tiempo, gracias a que al principio de la hipoteca pagarás más intereses que capital. Si te estás preguntando por qué, tranquilo, esta relación va cambiando a medida que se van sucediendo las cuotas y al final del préstamo se invertirá: pagarás más capital que intereses.
Precisamente, el sistema de amortización francés persigue que las cuotas sean constantes, aunque el tipo de interés sea variable: se recalcula la cuota a pagar y la parte de ella que se destina a capital o intereses.
¿Qué estoy pagando cuando pago una cuota constante?
Todo se ve más claro con un ejemplo real: Si tienes un préstamo de 300.000 euros a 30 años y a un tipo de interés del 4%, la cuota que pagarías cada mes sería de 1.432,24 euros. El primer pago correspondería a 1.000 euros de intereses y únicamente a 432,24 euros de cancelación del capital prestado. En cambio, 30 años más tarde, el último pago serían 4,76 euros de interés y 1.427,49 euros de capital. Si nos fijamos, la suma de ambas partidas, capital más intereses da lugar a que las cuotas sean del mismo importe.
De esta forma al principio la mayor parte de la cuota son intereses, siendo la cantidad destinada a amortización muy pequeña. Esta proporción va cambiando a medida que el tiempo va transcurriendo.
Recordemos que hablamos de amortización a cada uno de los pagos que se realizan para saldar la deuda hasta el fin del plazo acordado, incluyendo el capital e interés correspondiente. Usualmente se habla de amortización de capital y en este caso se refiere al pago de la parte del capital que compone la cuota (la cuota es igual a la suma de capital y de intereses).
Para que quede claro qué es lo que caracteriza a este sistema de amortización de deudas y puedas comprobar si es o no es el que has contratado en tu hipoteca, estas son sus características:
- Cuota total (intereses + amortización de capital) constante.
- Intereses decrecientes, dado que el interés se calcula sobre saldos.
- Cuota de amortización de capital periódica creciente.
Ventajas de la cuota constante de hipoteca
Es el sistema adoptado por la mayoría de las entidades financieras en España porque les permite realizar una previsión perfecta de los ingresos mensuales que va a recibir de sus clientes que tengan hipotecas, siempre y cuando no resulten fallidas. Además, en caso de que los solicitantes amorticen el préstamo antes del tiempo previsto, ya sea de forma total o parcial, la entidad financiera se garantiza el cobro de una buena parte de las comisiones al ser más elevadas al inicio de la hipoteca.
Para los solicitantes también es un sistema beneficioso porque permite tener una cuota más o menos constante, salvo por las modificaciones de que suba el índice de referencia en caso de que tengan contratada una hipoteca variable y, por tanto, también les suba el tipo de interés. De esto podemos concluir que, con este sistema de amortización, a los usuarios les conviene amortizar de forma parcial su hipoteca durante los primeros años del préstamo para quitarse (y ahorrar) cuanto antes los intereses que van a pagar.