Toda persona que tenga un vehículo en propiedad tiene la obligación de contar con un seguro para poder circular con él. Aunque en realidad el seguro obligatorio es el más sencillo y básico de los existentes, da nombre a una de las modalidades de seguro más conocidas en la actualidad y tiene tantas versiones como entidades aseguradoras existen en el mercado. Cómo revisar anualmente tus seguros.
Seguro a terceros
Sea cual sea el Seguro a Terceros que valoremos incluirá, como mínimo, la Responsabilidad Civil exigida por la ley, que se encargará de costear aquellos daños que causemos a otros. 15 millones de euros si los daños son materiales y 70 si son personales que, en la mayoría de casos se complementa con la responsabilidad civil suplementaria. Esta, además de aumentar esas cantidades, puede ampliar el abanico de situaciones en que estamos protegidos cubriendo la responsabilidad civil por aquellos destrozos que causemos como peatones o ciclistas, por ejemplo, o los daños causados por un menor sin carnet que ose ponerse al volante.
La defensa jurídica, la reclamación de daños si somos nosotros los perjudicados y la asistencia en viaje completan, junto con el seguro del conductor, la inmensa mayoría de pólizas a terceros por básicas que sean.
Seguro a terceros ampliado
Buceando un poco en la oferta actual de seguros de automóvil vemos que, sin llegar a ser un todo riesgo, podemos encontrar pólizas a terceros que van un paso más allá. Seguros a terceros ampliados con garantías opcionales que pueden variar según la compañía elegida.
Así, podemos contratar a mayores solo la rotura de cristales, preocuparnos por estar protegidos si se incendia o nos roban el coche o decantarnos por un paquete más completo con defensa de multas y retirada de carné, vehículo de sustitución, fenómenos atmosféricos o la reparación si atropellamos un jabalí o cualquier otro animal cinegético.
Seguro a todo riesgo
Si preferimos optar por la gama más alta de productos comercializados y contar con cobertura para los daños que sufra nuestro coche en un accidente aunque hayamos sido nosotros los culpables, nos fijaremos en los seguros a todo riesgo. Con o sin franquicia, dependerá de las preferencias y del bolsillo de cada uno.
¿En qué se diferencian? En las modalidades en las que incluimos una franquicia el precio es menor porque, llegado el momento de un siniestro, si hemos sido culpables la aseguradora abonará el importe de los daños de nuestro vehículo a excepción de la cantidad indicada en dicha franquicia.
En un seguro a todo riesgo sin franquicia esto no ocurre. Son los más completos del mercado y cubren la totalidad de los desperfectos, sin importar si hemos sido culpables y sin que debamos abonar cantidad alguna.
Seguro a terceros o terceros ampliado, todo riesgo con o sin franquicia, sea cual sea la opción escogida debemos recordar que es importante indagar, comparar e informarnos correctamente de lo que vamos a contratar. El precio no es lo único importante y, aunque dos productos se llamen igual, no siempre cubren las mismas cosas. Límites de cobertura, franquicias y exclusiones pueden hacernos perder aquello que creímos ahorrar. ¡Ojo a lo que hay detrás de los títulos de las coberturas!
