Llevamos ya varios años con continuas bajadas de tipos de interés debido a la crisis inmobiliaria y financiera que todavía arrastramos. A los mercados parece que les gusta mucho esta coyuntura y se venden las bajadas como la panacea, sin embargo, no es oro todo lo que reluce y aunque es cierto que tiene connotaciones positivas también las tiene negativas.
Ventajas
1.- Mejora de exportaciones:
Uno de los objetivos del Banco Central Europeo (BCE) al tomar decisiones de políticas monetarias expansivas (bajada de tipos, QEs o LTROs entre otros) es que la moneda se deprecie respecto a otras; por el "carry trade" los inversores compran moneda que paga más tipos de interés y vende la que remunera menos provocando la subida del valor de una y la bajada de la otra. Con un euro barato, nuestras empresas tienen más facilidad de vender sus productos en el exterior. A primera vista puede parecer que no es muy relevante, pero además de que ha salvado a muchas empresas en épocas de crisis, hay que tener muy en cuenta que el turismo, nuestro principal sector, es una forma de exportación.
2.- Mejora de la financiación empresarial:
Las empresas pueden financiarse a tipos más bajos y por lo tanto tener mejores márgenes al reducir uno de sus costes.
3.- Mejora de (algunos) hipotecados:
Toda persona que tenga un préstamo hipotecario a tipo variable lleva tiempo viendo como año tras año está bajando, siempre y cuando no tenga las desgraciadas cláusulas suelo. Además quien esté actualmente pactando esta financiación está encontrando precios muy bajos tanto en hipotecas variables como fijas.
4.- Mejora de las cuentas públicas:
Las administraciones públicas también están endeudadas y se continúan endeudando, por lo tanto también mejora su cuenta de resultados en entornos de bajos tipos de interés.
5.- Mejora del consumo:
Este es el principal punto, de hecho el objetivo real del BCE es la estabilidad de precios, y toman estas medidas para evitar la temida deflación (bajada continuada de precios): Bajando tipos de interés generan más consumo (las empresas tienen menos márgenes y pueden contratar más, los empresarios tienen más dinero, las familias tienen más renta disponible porque la hipoteca le baja, los ahorros no dan rendimientos con los que vale más la pena gastar…) que a su vez provoca que los precios no bajen, que al mismo tiempo, si la subida de precios es moderada, retroalimenta el consumo (la bajada de precios lo paraliza debido a que los consumidores esperan a comprar a que los precios sean más bajos).
Contras
1.- Riesgo para los ahorradores:
Si uno de los motivos es desincentivar el ahorro, las personas se encuentran con una disyuntiva: o bien ahorran sin remuneración alguna, incluso asumiendo algunas pérdidas, o bien arriesgan.
Arriesgar en mercados financieros es peligroso si no se tienen conocimientos y se cae en manos de malos vendedores, así que hay que tener mucho cuidado no solo con inversiones en bolsa, sino también en las de renta fija, cuyo nombre puede llevar a engaño y provocar fuertes pérdidas. A la larga es una ventaja ya que provocará el aumento de cultura financiera entre las familias españolas, pero por el camino mucha gente puede perder los ahorros que tanto le ha costado conseguir.
2.- Pérdidas de (algunos) hipotecados:
Parece una contradicción ya que anteriormente se ha explicado que si bajan tipos bajan las cuotas, sin embargo hay una serie de personas que tienen su préstamo hipotecario en otra divisa diferente al euro, y por tanto esta caída del euro está haciendo que no solo le suban las cuotas, sino también el capital pendiente.
3.- Peligro de burbuja de deuda:
Las administraciones públicas (también las empresas) están aprovechando para hacer emisiones de deuda enormes a plazos larguísimos aprovechando estos tipos de interés. Si bien es cierto que la deuda en sí no es mala porque permite apalancar resultados, si se sobrepasa un nivel, empieza a provocar pérdidas por los pagos de intereses, iliquidez por el deber de amortizarla o la dependencia de terceros para que la refinancien. Estos días han salido a la luz dos noticias que no por esperadas dejan de ser muy preocupantes: el conjunto de las administraciones públicas ya tienen una deuda superior al 100% del PIB del país (traducido quiere decir que por cada euro que se produce en España, las administraciones públicas deben algo más de ese euro), a lo que hay que sumar la deuda privada; y la segunda es que, por primera vez, desde Bruselas se están planteando una sanción a un país por incumplir los objetivos de déficit (aumento de deuda).
Hay quien dice que es una exageración, que no tiene sentido que la Unión castigue a un país, cuando muchos otros (y España también) lo han incumplido habitualmente; sin embargo, parece lógico que hay que parar este aumento: si un país se endeuda por encima de sus posibilidades en un entorno de bajos tipos de interés, de precios bajos de materias primas y de crecimiento económico, cómo va a afrontar momentos en los que alguno, o todos, los factores que ahora le benefician se gire.
Os dejo mi último artículo en Ultima Hora Mallorca en el que analizo los tipos de interés ultrabajos: