Si hay un indicador al que no le está quitando ojo la población en estos últimos meses (en especial aquellos que tienen una hipoteca variable) es el euríbor. Si bien a finales de agosto cerró en un 1,2%, lo cierto es que todas las previsiones apuntan a que este mes de septiembre superará el 2%.
¿Qué consecuencias va a tener en el mercado hipotecario? Este dato afecta al sector en varios aspectos. El primero de ellos y en el que influye de manera directa es en la revisión de la cuota de la hipoteca. Esto significa que las personas a las que les toque revisar su préstamo durante este mes verán que su cuota aumenta, por lo tanto, perderán poder adquisitivo.
Asimismo, con el euríbor al alza los bancos deciden apostar por las hipotecas variables, dejando un lado las hipotecas fijas. Esto implica que las condiciones de las hipotecas fijas suelen empeorar: interés más alto, más requisitos, etc.
¿Y cuáles son los factores que provocan que el euríbor suba o baje? Recordemos lo que es el euríbor en sí. Se trata de un indicador que muestra el tipo de interés medio en el que diferentes bancos europeos se prestan dinero entre sí para, a su vez, facilitárselo tanto a personas como a las empresas. Se trata de un dato que se publica diariamente, pero lo que se tiene en cuenta a la hora de recalcular la cuota de una hipoteca variable es la media de todos los datos sacados en un mes.
En cuanto a su comportamiento, no depende de unos factores concretos, sino que varía en función de las decisiones que tome el Banco Central Europeo (BCE) y los diferentes acontecimientos que afecten a la economía de la eurozona.
De hecho, si analizamos el indicador desde principios de año, vemos que empezó 2022 en cifras negativas, pero que, a raíz de la inflación y de la guerra entre Rusia y Ucrania que comenzó en febrero de este mismo año el euríbor empezó a subir. Además, con el objetivo de parar la escalada de precios el BCE decidió elevar los tipos de interés tanto en julio como en agosto, lo que ha provocado que el euríbor siga escalando más posiciones.
Como podemos observar, es el contexto económico, político y social el que ha provocado que este indicador escale posiciones. Es por ello que no hay manera de predecir con exactitud cómo va a comportarse el euríbor a lo largo de los años.
La hipoteca variable… ¿Una opción a tener en cuenta?
Al entender cómo funciona el euríbor podemos pensar que firmar una hipoteca variable no es una buena opción en ninguno de los casos. No obstante, dependiendo de las necesidades que tengamos lo cierto es que no es una idea que debamos descartar.
Como hemos comentado, a raíz de la subida del euríbor las hipotecas fijas acaban teniendo un interés más alto. Por lo tanto, si una persona firma una hipoteca fija en estos momentos se percatará que su interés es el doble que el de una persona que firmó en 2021.
Por otro lado, los bancos están apostando por las hipotecas variables, lo que significa que sus condiciones son más atractivas: sus intereses son más bajos y son necesarias menos vinculaciones para poder disfrutas de los tipos bonificados.
¿Entonces compensa en cualquier caso? Lo primero que debemos tener en cuenta es cuánto queremos tardar en pagar la hipoteca o, lo que es lo mismo, qué periodo de amortización estamos buscando: de 10, 15, 20, 25, 30 o 40 años. Recordemos que el euríbor puede cambiar en cualquier momento a raíz de circunstancias que afecten al panorama económico, por lo tanto, cuánto menos tiempo estemos expuestos a él mejor.
En definitiva, si buscamos una hipoteca a pagar, como máximo, en 15 años una hipoteca variable es una buena alternativa, puesto que ahora mismo tienen buenas condiciones y es menos probable sufrir una gran subida del euríbor a corto plazo. Por el contrario, si queremos un préstamo a 30 años una hipoteca fija es una decisión más adecuada, debido a que evitamos las subidas que pueda tener este indicador a largo plazo.