Éste es un extracto de la Guía de hipotecas de iAhorro. Puedes descargarla de forma gratuita aquí.
Uno de los factores que hay que negociar a la hora de solicitar y firmar una hipoteca, es el plazo de devolución de la misma. Y es importante por diferentes motivos. Por un lado, el hecho de pagar a más años, implica que las cuotas mensuales a devolver por la hipoteca sean menores.
Por otro, el que las cuotas sean menores pero en mayor número, hace que al final de la operación se acaben pagando más cantidad de intereses que la que le corresponderían pagar a un plazo menor.
Además, los diferentes plazos también van unidos a puntos como la edad del solicitante, importe a solicitar, tipo de inmueble a adquirir, etc.
Incluso, dependiendo del formato de hipoteca, los plazos también se verán afectados. De esta forma, al hablar de hipotecas a tipo fijo, hablamos de plazos que se mueven entre los 10 y los 25 años. Por el contrario, si la hipoteca se referencia a variable, el plazo suele ser más elevado, pasando holgadamente de los 30 años y llegando incluso a los 40 años, dependiendo de la edad del solicitante.
Plazo y edad del solicitante
Cuando la hipoteca se solicita por lo que las entidades financieras conocen como clientes del segmento joven, el plazo suele ser muy elevado siempre y cuando la suma de la edad del solicitante y el plazo concedido no exceda de los 75 años. Por eso se ha ampliado la horquilla de edad de los clientes jóvenes hasta los 35 años, ya que con un plazo máximo de 40 años la edad a la que acabaría de pagar la hipoteca el solicitante llega al tope de 75 años.
Plazo e importe a solicitar
Dentro del importe a solicitar por un cliente a una entidad financiera, se obtiene un determinado importe de cuota mensual que determinará que la hipoteca salga viable o no (aprobada o denegada). El que el cliente amplíe por ejemplo en 5 años el plazo que había propuesto de antemano, puede hacer que una operación inicialmente denegada pase a ser aprobada.
Por ejemplo, un solicitante con 1.200 euros de nómina (la entidad dará un máximo de un 33% de los ingresos mensuales). Solicita un importe de 90.000 euros a 25 años. Esto da una cuota de 375 euros al mes, mayor del 33% de sus ingresos. Si la solicita a 30 años, la cuota resultante será de 325 euros, ahora sí, menor al 33% de sus ingresos mensuales, con lo cual la hipoteca saldría viable.
Pagará más años y más intereses, pero por lo menos la tendrá aprobada y podrá adquirir el bien el solicitante ya que antes no podía.
Plazo y tipo de inmueble
Más que las características del inmueble a hipotecar, en este caso hablamos del uso de la misma. Es decir, si hablamos de una hipoteca que se solicita para la adquisición de la vivienda habitual del cliente, esta podrá solicitarse a un plazo que ronda de media los 30 años pudiendo llegar a los 40 años.
Si por el contrario, la hipoteca es para una segunda vivienda, muchas son las entidades que limitan el plazo de la misma a una horquilla máxima que se mueve entre los 20 y 25 años.
La razón principal de esta diferencia es que las entidades financieras saben que hay menos impagos si la hipoteca es sobre una vivienda habitual que sobre una segunda residencia, dado que lo último que dejamos de pagar es la hipoteca sobre nuestro hogar. Y por tanto las condiciones de concesión son más duras en el caso de una segunda residencia.
Plazo y finalidad
Si el inmueble es utilizado para vivir, el plazo será mayor que si se solicita un
importe de hipoteca para la adquisición de un inmueble que se va a dedicar a ser arrendado. Lo mismo ocurre si la hipoteca se solicita para poner un establecimiento de un negocio empresarial o profesional. El plazo en ese caso se vería reducido considerablemente.
Como última opción podíamos indicar los plazos, en los casos de que las hipotecas que se soliciten sean destinadas para la realización de una reunificación de deudas, es decir, que se ponga ese inmueble en garantía para conseguir un préstamo personal que permita al solicitante reducir el pago de sus obligaciones mensuales. En estos casos, la hipoteca que se realiza es para garantizar un préstamo personal, con lo cual se habla de una horquilla máxima de plazo que se moverá entre los 10 y 12 años, si bien en este producto se podría llegar igualmente a los 30 o 40 años.
Los plazos se pueden negociar, siempre y cuando el importe de la cuota mensual no supere el ratio de endeudamiento máximo permitido por la entidad.
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