Me divorcio: ¿qué pasa con la hipoteca?

Equipo editorial I Publicado: I Actualizado:

Repartir los gastos y la hipoteca puede ser complicado cuando te divorcias, sobre todo si un cónyuge ya no vive en la vivienda

Me divorcio: ¿qué pasa con la hipoteca?

Si compraste la vivienda con tu pareja será una de las cosas de más valor que compartáis junto al pago de sus cuotas, incluso, si os divorciáis.

¿Quién tiene la responsabilidad de pagar la hipoteca en un divorcio?

Probablemente, contratar la hipoteca junto a tu pareja fue uno de los pasos más importantes que distéis junto al de casaros. Lo que en un principio parecía algo sencillo de entender con el reparto del préstamo al 50% durante la época feliz del matrimonio resulta complicarse cuando llega el divorcio. ¿Qué ocurre con la hipoteca ahora? Exactamente lo mismo.

En 2011 el Tribunal Supremo dictaminó que en el caso de que dos cónyuges decidan divorciarse, ambos deberán asumir el pago de la hipoteca a partes iguales.

Independientemente de quién habite la vivienda o las ganancias personales de cada uno, las dos partes tendrán que pagar lo mismo por el préstamo.

De este modo, si una parte no cumple con su deber del 50% del pago, se puede iniciar una reclamación judicial que se lo exija.

¿Qué opciones tengo con mi vivienda si me divorcio?

Existen varias opciones en lo que respecta a una hipoteca en caso de divorcio. En ocasiones, el mayor problema se produce cuando hay hijos menores de por medio.

En este caso, el juez suele permitir que sea el padre con la custodia legal de los hijos el que habite la vivienda si se produce una separación sin acuerdo.

Hay que recalcar que, aunque este hecho se produzca, el otro miembro de la pareja no queda libre de pagar la deuda, por lo que… ¿cuáles son las otras alternativas?

Vender la casa

La opción más común suele ser vender la vivienda, cancelar la hipoteca y repartirla a partes iguales si ambos constan como titulares en el contrato de la hipoteca.

Este trámite, aunque es el más sencillo, no siempre resulta serlo tanto. En muchas ocasiones hay hijos no independizados todavía o es posible que el precio que ofrezca el mercado por tu vivienda actual sea mucho inferior en comparación a cuando la comprasteis.

Novación de la hipoteca

Es una de las principales opciones si nos hemos planteado la siguiente cuestión: ¿cómo puedo desvincularme de la hipoteca?

La novación permite cambiar los titulares de la hipoteca si uno de los dos componentes de la pareja decide asumir la deuda en solitario.

El banco no siempre aceptará esta petición.

Hay que tener en cuenta que, en el momento en el que se concedió la hipoteca, se hizo en condición de una serie de garantías económicas por las que ahora sólo responderá una persona.

En este caso, la entidad puede pedir algo cambio, como renegociar las condiciones, poner un nuevo cotitular o conseguir un aval.

Si se lleva a cabo la salida de uno de los titulares de la hipoteca, es importante no dejar cabos sueltos por atar y que, más allá de la novación, se haga una extinción de condominio, en el que uno de los propietarios cede su parte al otro por una cantidad de dinero acordada.

Con la extinción de condominio se podrá separar tanto la propiedad de la vivienda como la titularidad de la hipoteca.

Dación del pago

La dación del pago puede ser otra alternativa en el caso de una hipoteca compartida, aunque será la última para el banco.

En este caso los propietarios entregan la vivienda al banco para cancelar la deuda.

Si la entidad financiera ve otras opciones de cobro, es muy probable que no acepte esta opción, sobre todo si hay avalistas o tenemos ingresos.

¿Qué pasa con la hipoteca en un divorcio con hijos?

En el caso de que haya menores de por medio la situación puede complicarse algo más.

La ley regula este apartado con relación al uso y disfrute de la vivienda, pero no en el del pago de la hipoteca.

De acuerdo con el artículo 96 del Código Civil, el uso de la vivienda familiar corresponde a los hijos, en el caso de que sean menores de edad, y al cónyuge que tenga su custodia.

Por lo tanto, aunque se haya producido un divorcio con hijos a cargo y una de las dos partes no habite la vivienda por orden de un juez, no significará que quede exento del pago de sus cuotas.

Existe la excepción, con la custodia compartida, de que ninguno de los dos progenitores tenga derecho absoluto sobre la vivienda. En estas ocasiones, el recurso más habitual suele ser vender la casa.

¿Qué ocurre con el aval de la hipoteca?

Una situación que suele producirse con frecuencia es la de la figura de los padres como avalistas hipotecarios. Un divorcio supone una consecuencia colateral para el aval de una hipoteca.

En caso de querer ayudar al hijo, mejor comprar una parte que avalar para que los familiares no queden comprometidos con la deuda.

Diferencias entre divorcio y separación en el caso de una hipoteca

El estado civil en el momento que se produzca la compra de la vivienda desempeñará un papel fundamental en este caso.

La mayor diferencia entre divorcio y separación en una hipoteca suele encontrarse en el apartado de bienes gananciales.

Si la pareja contrajo la deuda de su hipoteca sin estar casados, en el momento de la separación, cada uno tendrá que responder al pago con relación a cómo se hizo el reparto de la hipoteca cuando la contrataron.

Si por el contrario, se firmó la hipoteca una vez ya casados, por norma general, dependerá del régimen de gananciales. Normalmente la repartición de bienes en el caso de gananciales y de divorcio dividirá la deuda de la hipoteca al 50%.


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