Comprar la primera vivienda y, en definitiva, pedir una hipoteca por primera vez es uno de los pasos más importantes que se da en la vida de una persona. No obstante, los bancos suelen ser estrictos en las condiciones a la hora de solicitar una hipoteca.
Uno de los principales requisitos suele ser tener el 30% del valor de la hipoteca ahorrado: un 10% para los gastos propios de la formalización de la operación y el 20% restante para completar el precio de la compra de la vivienda, puesto que los bancos suelen financiar, como máximo, el 80% del valor del inmueble.
Entonces, si una persona no tiene ahorros… ¿Qué opciones tiene? Puede esperar un tiempo para ahorrar lo que le falta, pero si quiere tener el dinero cuanto antes puede pedirle prestado a algún familiar: padre, madre, abuelos, etc. No obstante, la cantidad que el familiar facilite al futuro propietario habrá que notificársela al estado.
Préstamo o donación
Para poder dar a una persona una cantidad de dinero existen dos métodos: préstamo o donación. Dependiendo del método elegido tendremos que proceder de una manera u otra.
Si lo tramitamos como un préstamo, es decir, que el nuevo propietario le devolverá el dinero a la persona que se lo prestó en un plazo e interés concretos, tendremos que realizar un contrato. El prestamista y el prestatario tendrán que presentar el modelo 600, documento en el que deben especificar sus datos personales, que es un préstamo entre particulares, el interés que va a tener (puede ser 0%) y en cuanto tiempo se va a devolver, entre otros datos. Todo ello deberá ejecutarse antes de que pasen 30 días desde que se entregó el dinero.
Por otra parte, si realizamos una donación significa que la persona que reciba el dinero no lo va a devolver. No obstante, la operación hay que declararla ante Hacienda con el modelo 651. Asimismo, tendremos que pagar el Impuesto de Donaciones 30 días después de recibir el dinero.
También hay que tener en cuenta que, dependiendo de la Comunidad Autónoma, si la donación se realiza entre familiares directos (de padres a hijos, por ejemplo) o sirve para comprar la primera vivienda se aplican bonificaciones. Por lo tanto, dependiendo de la zona en la que vivíamos podremos ahorrarnos una cantidad de dinero u otra.
¿Es mejor formalizar un préstamo o realizar una donación?
Conociendo las dos opciones existentes… ¿Cuál es la mejor? Depende de cómo queramos llevar a cabo dicha transferencia de dinero. Si queremos que el prestatario nos lo vaya pagando en cuotas será necesario formalizarlo como un préstamo, pero, por el contrario, si no queremos que se nos devuelva el dinero deberá tramitarse como una donación.
Sin embargo, es recomendable tomar en consideración cuanto tendríamos que pagar en el Impuesto por Donaciones. Quizás por la Comunidad Autónoma en la que vivimos no nos sale rentable realizar la transferencia de dinero con ese método. Por lo tanto, todo depende de la situación en la que nos encontremos.
¿Qué ocurre si no declaramos ese préstamo o donación?
En el caso de que la Agencia Tributaria se percate de que se ha realizado un préstamo sin notificarlo entenderá que la operación tiene un interés estándar que, en estos momentos, se encuentra en el 3%. Por lo tanto, si un padre le ha dejado a su hijo 30.000 euros, el prestatario tendrá que devolver los 30.000 más 900 euros en concepto de intereses.
Por otra parte, realizar una donación de dinero sin notificársela a Hacienda también puede acarrearnos problemas, sobre todo cuando se hace una transferencia de una cantidad de dinero significativa. Al fin y al cabo, si nos vamos a comprar una casa de 150.000 euros y nuestros padres nos van a facilitar un 10% de su valor, por ejemplo, nos estarían proporcionando casi 15.000 euros, una cantidad que no va a pasar por alto ni en la entidad bancaria ni en el Estado.
En definitiva, antes de prestar grandes cantidades de dinero es importante conocer la normativa para no tener problemas con el Estado después. Hay que estudiar las opciones disponibles y elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades.