El ser humano, a lo largo de su vida, va pasando por diferentes etapas requiriendo en cada una de ellas una serie de necesidades diferentes. No nos olvidemos que se necesita saber dónde se quiere ir, siendo imprescindible dónde nos encontramos, para así reconocer cuándo hemos llegado. Financieramente hablando, no es diferente, y el individuo necesita en cada etapa de su vida unas necesidades financieras con unas determinadas características. Esas necesidades serán cubiertas por los diferentes productos financieros que se adapten a cada etapa en concreto.
Adquirir una adecuada educación financiera para gozar de una autonomía económica es uno de los procesos más complicados a los que se enfrenta una persona a lo largo de su vida. Las finanzas no son cosa de unas cuantas personas que se dedican a ello como profesión, todos deberíamos tener unos conocimientos básicos para evitar engaños, así como hacer frente a las dudas que se presenten en cualquier etapa de la vida financiera.
Los Mercados Financieros están en constante fluctuación, y nuestras necesidades financieras también están sometidas a cambios en el tiempo lo que origina mutaciones inevitables. Siendo así, es necesaria una estrategia financiera para asumir y afrontar todas las necesidades, tanto financieras como personales, que nos surjan.
Dependiendo de la edad, la vida financiera de una persona se puede dividir en las siguientes seis etapas, cada una con una serie de características específicas.
Etapas de la vida financiera
PRIMERA ETAPA (0-18 años). Formación: Es el periodo de aprendizaje y formación por excelencia, marcando las venideras decisiones financieras y modelando el comportamiento financiero del futuro. Los educadores deben incidir en el valor del dinero y en la necesidad del ahorro. Los gastos no son una preocupación porque son afrontados por los padres o tutores.
SEGUNDA ETAPA (19-30 años). Independencia: Se comienza a definir el futuro económico, iniciándose la independencia financiera al conseguirse los primeros ingresos aflorando la necesidad de contratar los primeros productos financieros. Se inicia la creación de un patrimonio tanto de activos como de pasivos. El horizonte del ahorro es a corto plazo sin contar con excesivas reservas para imprevistos. Generalizando, el primer bien que se adquiere (pasivo) es un vehículo.
TERCERA ETAPA (31-45 años). Crecimiento profesional: Se incrementan tanto los ingresos como los gastos. Las inversiones están enfocadas hacia el aumento del patrimonio familiar. Los gastos se generan desde el interior de la propia familia provocados por la adquisición de bienes esenciales. Es la etapa donde se planifican las decisiones más importantes de la inversión.
CUARTA ETAPA (46-55 años). Consolidación profesional: Los ingresos se consolidan y se da por finalizado el patrimonio básico familiar, comenzando a poner el foco del pensamiento en el ahorro de cara a la jubilación. El ahorro tiene una proyección de futuro y los productos financieros son más complejos que en las etapas anteriores. Los bienes que se adquieren se destinan al aumento del patrimonio de activos.
QUINTA ETAPA (56-65 años). Estabilización: Los ingresos se estabilizan y los gastos familiares descienden. Al tener las necesidades básicas cubiertas, se consumen productos más caprichosos. El patrimonio familiar tiende a aumentar. Es la etapa donde se prepara, por cercanía, el retiro para gozar de la etapa dorada.
SEXTA ETAPA (más de 65 años). Dorada: Se da por concluida la vida en activo disminuyendo los ingresos. El consumo dependerá del ahorro de las etapas pasadas y está basado en el disfrute. Las inversiones pasan a ser más conservadores, intentando que la liquidez esté garantizada. El desarrollo de esta etapa dependerá mucho de la planificación financiera llevada a cabo en el pasado. Los errores que se cometieron apenas si tienen puntuales soluciones en este periodo. Las necesidades financieras son satisfechas por el monto que hemos ido acumulando a lo largo de las otras cinco etapas. En esta etapa, se muestran los resultados de los exámenes que la vida financiera nos ha ido poniendo a lo largo de las etapas anteriores, sin opción a recuperación en el caso de que alguno hubiese resultado suspenso.
Nuestra vida financiera debe responder a estos conceptos básicos: desarrollo de los hábitos financieros, acumulación del patrimonio, conservación y disfrute del mismo.