Una de las decisiones más trascendentes de la vida de una persona. Así suele definirse firmar una hipoteca. Supone la compra de una vivienda en la que se formarán recuerdos; se organizarán celebraciones; se crearán familias, etc. Es por ese motivo que no se puede tomar a la ligera.
¿Y si te dijera que puedes empezar a diseñar tu hipoteca desde ya? Es evidente que las entidades bancarias establecen unas tarifas y unos requisitos, pero eso no significa que el futuro propietario no vaya a tener poder de decisión.
Para empezar, los ahorros suelen ser clave para tener capacidad de elección. Normalmente un banco concede el 80% del valor de la vivienda, por lo tanto, el futuro propietario tendrá que aportar el 20% restante. Además, para formalizar la hipoteca y compraventa de la vivienda hará falta un 10% más.
Por lo tanto, una persona necesitará el 30% del valor de la vivienda que va a comprar. Si el precio del inmueble es de 300.000 euros, por ejemplo, harán falta 90.000 euros. Por el contrario, si cuesta 150.000 euros se necesitarán 45.000.
¿Cómo se puede ahorrar tanto? Lo ideal es ir guardando cierta cantidad de dinero al mes. Todo dependerá del sueldo y de los gastos mensuales. En caso contrario una persona queda limitada a hipotecas con financiación superior al 80%, algo que no es muy común en el mercado.
Otro punto a tener en cuenta es cuánto dinero se podrá destinar al pago de la hipoteca una vez que ésta se haya formalizado. El Banco de España recomiendo no utilizar más del 35% del salario para esa partida, por lo tanto, habrá que calcular cuándo dinero supone eso para una persona.
Según las últimas mediciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (en 2019) la mediana del salario en España se sitúa en los 1695 euros mensuales. El 35% de esa cantidad serían 593,25 euros, lo que significa que una persona que tenga ese sueldo no podrá tener una cuota superior a esa cantidad. Podemos calcular cuotas aproximadas a través del simulador del que dispone iAhorro.
Comparar hipotecas, clave para diseñarlas a nuestra manera
Una vez que hemos analizado nuestra situación laboral y establecido un plan de ahorro para poder acceder a más posibilidades toca el momento de ver cómo está el mercado. La decisión más habitual es acudir al banco de toda la vida, pero siempre es más recomendable comparar entre distintas opciones.
En estos momentos, por ejemplo, las hipotecas fijas tienen unos intereses muy bajos, por lo tanto, si estamos buscando un préstamo cuya cuota no varíe es el momento. Asimismo, el euríbor se encuentra en negativo, lo que significa que podemos considerar una hipoteca de tipo variable.
A partir de ahí tendremos que mirar las vinculaciones, el periodo de amortización, las comisiones, etc. De esta forma, aunque no lo parezca, habremos construido nuestra hipoteca a medida.