Es común solicitar un aval en una hipoteca joven. Pero, cómo vas a descubrir a continuación, no siempre pueden avalar la hipoteca tus padres; depende de algunos factores. Además, también es conveniente que conozcas las ventajas y riesgos de esta operación.
Por ello, en este artículo compartimos contigo cuáles son los requisitos idóneos para un avalista, qué implica conseguir el aval de tus padres y cómo puedes cancelarlo en un momento posterior.
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¿Qué es una hipoteca con aval?
El aval es un contrato por el que una persona se compromete a asumir el cumplimiento de una obligación, en este caso el pago de un préstamo hipotecario, si el deudor principal no lo hace. Es decir, un tercero garantiza el pago de la hipoteca; o por lo menos refuerza las probabilidades de que el banco recupere el dinero prestado.
La persona que presta el aval se denomina “avalista” y aquel que respalda es el “avalado”. Mientras tanto, el banco que concede la hipoteca es el “beneficiario del aval”.
¿Y quién puede ser avalista? Según la legislación, todas las personas mayores de edad y con plena capacidad de obrar (capacidad para contratar). No obstante, para que pueda ser una garantía efectiva es necesario que cumpla con ciertos requisitos de solvencia económica. Como mínimo, debería tener una solvencia superior que el avalado.
Un avalista ideal debe tener:
-Ingresos elevados y estables.
-Un buen historial crediticio.
-Un cierto patrimonio.
-No tener una edad avanzada (las hipotecas son préstamos de largo plazo)
-Estar libre de deudas.
Como es natural, no todas las personas están dispuestas a ser avalistas, puesto que responden legalmente con todo su patrimonio (presente y futuro). Por esta razón, suelen ser los padres los que prestan el aval para una hipoteca, siempre y cuando cumplan los requisitos exigidos por el banco.
¿Cuáles son las ventajas de tener como avalistas a mis padres?
Aunque no suele ser tan una práctica tan extendida como hace años, en muchas ocasiones el banco te solicitará un aval para concederte la hipoteca.
No obstante, que tus padres te puedan avalar la hipoteca tiene una serie de ventajas:
-Conseguir mayor financiación: normalmente, los bancos limitan el importe de la hipoteca al 80% del valor de tasación del inmueble (y sólo cuando se trata de la vivienda habitual). Con un aval es más sencillo que te amplíen la financiación si no tienes ahorros suficientes para hacer frente a la parte no financiable y los gastos de compraventa de la casa.
-Acceder a mejores condiciones: al tener menos riesgo, el banco puede ofrecerte un interés más reducido, menores comisiones, plazos de amortización más amplios, menos vinculaciones, etc.
-Reforzar tu posición negociadora: con un aval tienes más capacidad para negociar las diferentes cláusulas del contrato de préstamo hipotecario.
-Mejorar el acceso al préstamo: si eres joven, no cuentas con ingresos estables, no has construido un patrimonio o no tienes un buen historial de crédito o, sencillamente, no cumples alguno de los requisitos exigidos para la concesión de la hipoteca, puedes solventarlo con el aval de tus padres.
¿Cuáles son los riesgos de que mis padres avalen la hipoteca?
El principal riesgo es que, si no puedes hacer frente al pago de tu hipoteca, tus padres responderán por ti con todo su patrimonio. Incluso en muchas ocasiones responden con hipotecar su propia vivienda, aunque en este caso no estamos ante la figura de un avalista propiamente dicho, sino de un “hipotecante no deudor”.
Si adquieren la condición de hipotecante no deudor, significa que, en caso de impago, el banco puede ejecutar la garantía hipotecaria (un procedimiento más rápido y severo) y subastar la casa de tus padres antes de llevar a cabo cualquier otro tipo de acción ordinaria.
En todo caso, existe el riesgo de poner en peligro la estabilidad financiera de tus familiares. En el mejor de los casos, quedaría dañado su historial, tendrían una menor liquidez y problemas para acceder a otros préstamos.
¿Cómo puedo quitar a mis padres del aval después?
Un aval es un contrato privado y, por tanto, sus características y condiciones dependen de lo pactado en cada caso.
Sin embargo, el propio acuerdo debe recoger, entre otros términos, cuáles son las condiciones de cancelación y cuando expira. Del mismo modo, debe recoger los requisitos para que el beneficiario pueda ejecutar la garantía, concretar las obligaciones y otros pormenores (por ejemplo, las comisiones y gastos).
Sin embargo, cuando se trata de un aval hipotecario, para quitar el aval de tus padres tienes las siguientes opciones:
-Amortizar el préstamo: es decir, liquidar la deuda pendiente. Si no existe una obligación no puede existir un avalista que la garantice.
-Novación hipotecaria: la novación es un cambio en el contrato de la hipoteca. Se debe firmar ante notario. Puedes negociar la supresión de aval directamente, pero lo más común es que debas cambiar a tus padres por otro avalista.
-Subrogación hipotecaria: la subrogación es un cambio de algún elemento personal de un contrato. En este caso sería cambiar de acreedor (de banco). Si llegas a un acuerdo para pasar tu hipoteca con otra entidad sin que exista la obligación de incluir el aval de tus padres, podría realizarse al mismo tiempo una novación y modificar esa cláusula.
-Solicitar un nuevo préstamo: en otras palabras, solicitar una nueva hipoteca (un nuevo contrato sin aval) con otra entidad bancaria para liquidar la actual. Es parecido a la subrogación, pero en este caso se realiza un nuevo contrato y no un cambio de acreedor.