El precio de la vivienda sigue subiendo, y parece no tener fin. De hecho, en estos momentos una vivienda en España nos puede costar de media 171.146 euros según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Colegio Registradores. No obstante, hay que tener en cuenta que en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona esta cifra llega a los 300.000 euros.
Hay que tener en cuenta que para poder pedir una hipoteca necesitamos el 30% del valor del inmueble, puesto que las entidades suelen aportar el 80% del valor de la propiedad. Esto no es fácil de conseguir; los datos lo avalan: el último informe publicado por iAhorro sobre este tema (2021) determina que un español necesita de media 7 años para ahorrar tal cantidad, aunque dependiendo de la comunidad autónoma esa cifra se incrementa o disminuye.
¿Qué se puede hacer en estos casos? Si no queremos esperar tanto tiempo o consideramos que no tenemos capacidad de ahorro podemos optar por otras alternativas, como puede ser el alquiler con derecho a compra.
¿Cómo funciona? El alquiler con derecho a compra es una modalidad a través de la cual entramos a una vivienda con un contrato de alquiler, pero con el compromiso de comprarla en un periodo de tiempo concreto. Durante esa etapa parte del dinero que destinamos al alquiler se utilizará para reducir el precio original de la vivienda. De esta manera la vivienda no se verá afectada por las subidas de precio que puedan darse durante el periodo en el que estemos viviendo de alquiler.
Lo bueno del alquiler con derecho a compra es que, a medida que vamos pagando el alquiler vamos reduciendo poco a poco el precio final del inmueble, por lo tanto, la financiación que pediremos finalmente al banco será menor que si la compráramos directamente. Es por ello que es una alternativa muy factible para aquellos usuarios a los que les cueste ahorrar de forma proactiva.
Asimismo, otra de sus ventajas es que ya estaremos viviendo en la que a corto plazo será nuestra vivienda en propiedad. Esto significa que no tendremos que mudarnos cuando llegue el momento de la compra de la vivienda. Nos ahorrará tiempo.
Los costes se elevan
Como estábamos comentando la idea de esta modalidad es ir pagando una parte de la entrada de la vivienda con la cuota del alquiler hasta llegar al momento en el que nos tocaría comprarla. Es por ello que la cuota de alquiler de este tipo de inmuebles suele ser más alto de lo habitual. Por lo tanto, debemos ser capaces de poder hacer frente a la mensualidad.
Asimismo, normalmente cuando entramos a vivir de alquiler a una vivienda debemos pagar una entrada. Puede ser una fianza junto con la cuota de varios meses, dependiendo del caso.
Si se trata de un alquiler con derecho a compra la entrada que tendremos que entregar será más cuantiosa, puesto que incluirá una fianza, la cuota de varios meses (en función del caso) y una prima (esta cantidad se sumará a la ahorrada con las cuotas del alquiler cuando llegue el momento de comprar la vivienda).
Ojo con los plazos
Cuando negociamos el contrato uno de los puntos que se deciden es cuando llegará el momento en el que compraremos la vivienda. Llegados a ese punto será necesario que contemos con la cantidad solicitada o, como en la mayoría de casos, ya hayamos hablado con un banco que nos vaya a formalizar una hipoteca para adquirirla.
Si llegado el plazo no tenemos el dinero para comprar la vivienda… ¿Qué ocurre? Antes explicábamos que cuando entrábamos a vivir en el inmueble entregábamos una prima. Lo que suele ocurrir es que ese dinero lo perdemos y se lo queda el propietario actual por no cumplir lo acordado.
Es por ello que, cuando decidimos firmar un alquiler con derecho a compra debemos tener claro que, cuando llegue el momento, necesitaremos sí o sí contar con el dinero necesario para llevar a cabo la compra. En el caso de no estar seguros de que podamos conseguirlo será mejor buscar otras opciones.