En primer lugar hay que asentar un aspecto básico y es que los seguros son un elemento de garantía que deben ser contratados de forma libre y no de forma obligada o coaccionada, de hecho la ley 26/2006 de mediación de seguros y reaseguros privados en su artículo 5.2.e es muy clara en este sentido “Los mediadores de seguros y reaseguros privados no podrán imponer directa o indirectamente la celebración de un contrato de seguro”.
Dicho esto, hay varias formas de llegar a contratar un seguro que en definitiva es un acto de responsabilidad que busca obtener coberturas ante ciertas contingencias que pudieran acaecer.
En este post nos centraremos en dos de ellas, a través de un agente o a través de un corredor de seguros. ¿Qué opción es mejor? ¿Qué las diferencia? ¿Qué ventajas y desventajas tienen cada una? Analizamos las opciones
¿Qué diferencia a un agente de seguros de un corredor de seguros?
La principal diferencia (existen otras tantas) es que el agente de seguros trabaja para una compañía aseguradora de forma exclusiva o como empleado y por lo tanto únicamente ofrece los productos de dicha aseguradora. En cambio, el corredor de seguros tiene la capacidad y competencia para ofrecer cualquier producto de cualquier compañía y representar así únicamente los intereses del cliente y no de la aseguradora, tiene independencia respecto del asegurador.
Tanto el corredor como el agente deben estar inscritos en el Punto Único de Información (PUI) en la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), el corredor se inscribe él mismo y es necesario hacerlo previamente al inicio de la actividad, en cambio el agente es inscrito por parte del asegurador y tienen que mencionar si son agentes exclusivos de la compañía o bien si son agentes vinculados y pueden operar con varias compañías de seguros.
Carlos Lluch, experto en seguros y Director en LLUCH & JUELICH BROKERS hace una diferenciación en cuanto a la formación y responsabilidad que merece mención. En cuanto a la formación, mientras el agente de seguros tiene que tener como mínimo 200 horas de formación con carácter previo a entrar en contacto con clientes, el corredor debe contar con un mínimo de 500 horas previas de formación. En lo relativo a la responsabilidad, todos los actos del agente están bajo la responsabilidad de la aseguradora para la que trabaja, mientras que el corredor es el responsable de todos sus actos, por lo que Lluch menciona la necesidad o deber de contar con un seguro de responsabilidad civil profesional que cubra incidentes o errores.
En cuanto al precio la teoría dice, como bien apunta Carlos Lluch, que el precio no debería de variar (ni encarecerse ni abaratarse) en función de si se contrata a través de un agente, correduría, entidad bancaria o la aseguradora directamente. En la práctica esto es distinto.
Ambos expertos, tanto Biblioteca Aseguradora, otro de nuestros grandes expertos en materia aseguradora, como Carlos Lluch coinciden a la hora de elegir entre uno u otro hay que atender a la profesionalidad de cada uno ya que será determinante más allá de los intereses para los que trabajen. Además, también ambos coinciden en algo importante, huir de quien tiene en mente la venta de seguros y no el asesoramiento ya que pensando en la venta lo único en lo que se pone el foco es en la maximización de beneficios y no en aportar soluciones adaptadas a las necesidades de los clientes en materia de seguros.
Sobre qué es mejor elegir, hay que hacer un análisis de las necesidades, conocer bien las opciones que se presentan, estudiar la experiencia y profesionalidad del agente o corredor, ver si nos ofrecen un seguro que beneficia a la empresa o si se adapta a nuestras exigencias. Con todo ello, podremos elegir un seguro de forma responsable y que efectivamente cubra las contingencias que queremos.
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